Por León Vázquez

Deudor

Conocer quién es el deudor y el acreedor de una relación jurídica es importante en el momento de hacer el registro contable de tu empresa. Por esta razón, te enseñaremos en qué consiste este concepto, las clasificaciones que existen, así como sus obligaciones y derechos.

¿Qué es un deudor?

Un deudor es una persona física o jurídica que contrae una deuda, es decir, que debe pagarle a otra persona o entidad por la adquisición de un bien a crédito, un préstamo, una hipoteca, etc. Dicha obligación se puede pagar mediante dinero, algún bien previamente valorado o incluso con la prestación de un servicio. 

La persona que tiene derecho a cobrar la deuda se denomina acreedor y, junto al deudor, ambos forman una relación jurídica que concluye una vez que se ha realizado el pago correspondiente, más cualquier tipo de interés generado. 

Importancia en el ámbito financiero y contable

Para las empresas, sin importar su tamaño, es esencial llevar un control preciso de todos los compromisos de pago contraídos, los plazos disponibles para cancelar la deuda y los intereses asociados. En este sentido, la gestión de estos pasivos se tiene que hacer con mucho cuidado para mantener una buena salud financiera. 

Por su parte, al llevar la contabilidad del negocio se hace relevante conocer cómo hacer el registro cuando se tiene una deuda y cuando eres el acreedor. Todo esto siguiendo las normas establecidas en las leyes y el Plan General de Contabilidad

Tipos de deudores

Existen varias clasificaciones o tipos de deudores que cambian dependiendo de algunos factores. Inicialmente, si consideramos la naturaleza del deudor, estos se pueden catalogar como personales o empresariales. 

Un deudor personal es aquel que pide una cantidad de dinero para la compra de un bien de uso netamente personal, que no tendrá ninguna utilidad económica. Justo esto es lo que lo diferencia del deudor empresarial, que adquiere la deuda para cumplir con un objetivo en su negocio. 

Otras clasificaciones parten del tipo de deuda que se contrae o su estatus, destacando algunos como: 

  • Deudor comercial: como su nombre indica, es la deuda contraída con el fin de realizar alguna actividad económica. 
  • Deudor hipotecario: en este caso, la deuda se contrae usando como garantía un bien o propiedad del deudor. 
  • Deudor moroso: es aquel que no cumple con sus compromisos de pago en los plazos establecidos. 
  • Deudor solidario: cuando una persona responde por el pago de la deuda de otra persona, llamada deudor principal. 

Sea cual sea el caso, el deudor tendrá que responder a la deuda con su patrimonio presente y futuro. 

Tipos de deudas

Ahora que conoces qué es un deudor, te podemos hablar de los tipos de obligaciones que puedes contraer según su emisor. Según este criterio, vamos a tener la deuda pública, la cual es aquella que mantiene el Estado con particulares o incluso con otros países; o la deuda privada, que es la generada por una persona física o jurídica. 

Clasificación de las deudas de menor a mayor riesgo

Hay que destacar también algunos tipos de deudas que se clasifican según la capacidad que tiene el deudor de cubrir sus obligaciones. Según este criterio, tenemos: 

  • Deuda sénior secured: es un tipo de deuda respaldada por un activo financiero. Si el deudor no cumple su obligación, los acreedores tienen derecho a cobrar su dinero a través del activo mencionado. 
  • Deuda sénior unsecured: son deudas que no están respaldadas por un bien o activo, aunque tienen una buena clasificación crediticia. Aquí destacan los bonos u obligaciones de pago que emite una empresa. 
  • Deuda subordinada: estas son obligaciones cuyos pagos pueden depender de algunas condiciones específicas como la obtención de beneficios específicos o el pago de las deudas sénior. 
  • Deuda híbrida: en caso de insolvencia del emisor, los tenedores de esta deuda se sitúan justo por encima de los accionistas en la prelación de cobro. Incluye emisiones perpetuas o a largo plazo que pueden ser amortizadas anticipadamente en fechas específicas.

Derechos y obligaciones del deudor

Al iniciar una relación jurídica el deudor y acreedor tienen que conocer cuáles son sus derechos y obligaciones, de manera que dicha relación se complete sin inconvenientes. 

En este sentido, el deudor tiene varios derechos, tales como: 

  • Tiene derecho a recibir toda la información sobre el monto total de la deuda, los intereses aplicables, los plazos de pago y las consecuencias del incumplimiento. 
  • Puede negociar junto al acreedor para conseguir mejores condiciones de pago. 
  • Está protegido por la ley ante el acoso y las amenazas. 
  • En caso de existir un proceso legal, tiene derecho a una representación justa. 

Además de sus derechos, un deudor también tiene la obligación de cumplir con el pago correspondiente, seguir cualquier término o condición especificada al inicio de la deuda y proporcionar información veraz sobre su situación financiera. 

Si no se cumplen dichas obligaciones, el acreedor tiene derecho a exigir su dinero e incluso tomar acciones legales si la relación jurídica continúa con problemas. 

El ciclo de la deuda

Una deuda nace en el momento en que la persona física o jurídica necesita recursos para financiar alguna adquisición de un bien o servicio y acude ante un acreedor, que puede ser otra empresa o una entidad financiera. 

A partir de este momento, se establecen las condiciones del pago de la deuda, así como los intereses que tiene que abonar el deudor y los plazos a cumplir. 

Este último punto es muy importante, ya que determina cuándo tiene derecho el acreedor a exigir el cumplimiento del pago y cobrar por cargos adicionales. Una vez que todas las condiciones son aceptadas y el acreedor entrega los recursos solicitados, se puede decir que inicia el ciclo de la deuda. 

Gestión de deudas

Si estás enfrentando una situación financiera complicada y tienes deudas pendientes, es importante que puedas establecer estrategias para renegociar tus acuerdos con los acreedores. Para esto, como deudor puedes aplicar lo siguiente: 

  • Asegúrate de tener una comunicación abierta con el acreedor;
  • Genera un plan de pago realista que puedas cumplir;
  • Intenta negociar una reducción de los intereses o extensiones de los plazos de pago;
  • Combina varias deudas en un solo préstamo con tasas de interés bajas. 

En caso de que los problemas persistan o no tengas conocimientos suficientes para reestructurar la deuda, puedes acudir a un asesor financiero. Estos son profesionales que pueden dar un punto de vista externo y proponer soluciones efectivas. 

Consejos para evitar la morosidad

Existen muchas herramientas que puedes implementar si quieres evitar ser un deudor moroso, es decir, pagar las deudas fuera de los plazos acordados: 

  • Crea un presupuesto detallado para conocer cuánto puedes pagar en realidad;
  • Prioriza las deudas más antiguas o aquellas con más intereses;
  • Automatiza los pagos para evitar retrasos innecesarios;
  • Identifica aquellos gastos que reducen tu presupuesto y no son necesarios;
  • Construye un fondo de emergencia que te permita salir de pagos imprevistos. 

Impacto del deudor en la contabilidad

Para la contabilidad, el deudor es aquella persona que está obligada a pagar o satisfacer una deuda con tu empresa y, en este sentido, se tiene que registrar como parte de las cuentas por cobrar dentro del balance general.

Sin embargo, no todos los deudores pagarán sus obligaciones y, para este caso, se tiene que crear una provisión para deudores incobrables. Allí se hace una estimación de las cuentas por cobrar que no se van a recuperar. De esta forma, tendrás el valor neto realizable de todas deudas por cobrar. 

Hay que destacar que este procedimiento te ayuda a tener un equilibrio en tus registros contables, así como también te ayuda a tener una visión realista de tus ganancias y pérdidas. 

Deudores morosos

El deudor moroso es aquel que, como te mencionamos antes, no ha cumplido con sus compromisos de pago en los plazos acordados. Por lo general, esto se acompaña de un impacto negativo en el historial crediticio del deudor. 

Por su parte, el acreedor tiene el derecho de acudir a organismos gubernamentales para recuperar su dinero. No obstante, primero tiene que realizar una notificación al deudor para recordarle sus obligaciones, para luego intentar negociar otras condiciones de pago. Si esto no funciona, entonces se pueden tomar acciones legales. 

Consecuencias de la morosidad

Ser un deudor moroso puede tener muchas consecuencias, entre las que se incluye tener un historial crediticio negativo que te puede dificultar conseguir más préstamos en el futuro o que puede acarrear tener que pagar mayores tasas de intereses. 

Por otra parte, si el deudor todavía no cumple sus responsabilidades, entonces el acreedor puede obligarlo a pagar a través del embargo de alguno de sus bienes, ya sean muebles o inmuebles. 

Otros efectos a considerar consisten en el pago de intereses moratorios o incluso llegar a pagar los costes judiciales durante un procedimiento legal. También se puede incluir al deudor en la lista de morosos, lo que afectaría aún más a su historial crediticio. 

Herramientas para el control de deudas

Cuando te enfrentas a una situación de endeudamiento, lo más recomendable es contar con herramientas que te permitan una mejor gestión de tus recursos. 

Gracias a la tecnología se han desarrollado programas o software que te ayudan a registrar todas tus deudas, así como los saldos a cancelar, las tasas de interés, los plazos a cumplir y los pagos realizados. Además, te permiten establecer límites de pago y priorizar cuáles son las primeras deudas a cancelar. 

La planificación de los pagos es indispensable para tener un mejor control de las deudas, por lo que puedes llevar a cabo acuerdos con los acreedores para reducir intereses o conseguir la condonación de parte de la deuda. 

Conclusión

El deudor es la persona encargada de gestionar sus recursos lo mejor posible para eliminar su deuda en el menor tiempo posible. Sin embargo, es importante entender que lograr este objetivo a veces requiere de tiempo y disciplina para cumplir con los pagos. 

Un factor fundamental es evitar adquirir más deudas si no son necesarias, así como procurar mantener una constante educación financiera para administrar mejor tu dinero. Recuerda que también puedes pedir ayuda profesional para crear un plan personalizado a tus necesidades.

Fuentes