Un despido procedente suele suscitar muchas preguntas: ¿cómo y cuándo se puede saber si es procedente, improcedente o nulo? ¿Puede recibir una indemnización tras un despido o acceder a prestaciones de desempleo?
Con esta guía podrá conocer las normas legales que se aplican en cada caso, las obligaciones de los empresarios y mucho más. ¡Empecemos ya!
¿Qué es un despido procedente?
En el ámbito laboral se pueden presentar muchas situaciones que llevan a una empresa a tomar la decisión de despedir a uno o varios trabajadores. Dentro del territorio español, existen dos modalidades o tipos de despido procedente: objetivo o disciplinario.
Sin importar cuál sea el caso, ambos se pueden clasificar como procedentes, improcedentes o nulos, dependiendo de si se cumplen o no las normas o estatutos laborales.
Ahora bien, un despido es procedente cuando la empresa es capaz de demostrar que existe una violación grave del contrato por parte del empleado. Esto quiere decir que todas las causas del despido son legítimas y están dentro del marco de la ley.
¿Cómo se determina si un despido es procedente?
Hay que mencionar que la procedencia o improcedencia no la define la empresa, sino un juez que se encarga de declarar procedente el despido a través de su veredicto. En este sentido, un trabajador, si tiene dudas sobre su despido, puede acudir a la vía judicial en un plazo máximo de 20 días hábiles después de recibir la carta de despido.
El juez será el encargado de determinar si la causa del despido es verdadera y se adapta a lo que indica la ley. De ser así, se anuncia que el despido procede, pero, en caso contrario, se puede anunciar su improcedencia o nulidad.
Diferencias despido procedente e improcedente y nulo
Es sumamente importante conocer cuál es la diferencia entre despido procedente e improcedente, así como también los nulos.
Si el despido procedente es aquel en el que se puede demostrar la causa, entonces el despido improcedente es lo opuesto. En este caso, el juez establece que la causa manifestada por la empresa no justifica el cese de las relaciones laborales. Esto también ocurre cuando los motivos indicados por la empresa no son verdad o no se pueden comprobar.
Por su parte, el despido nulo se da cuando se intentan violar los derechos laborales de los trabajadores, de manera que el juez elimina cualquier validez del despido y todas sus consecuencias.
Entonces, se debe tener en consideración que el juzgado solo evalúa las razones indicadas en la carta de despido. La justificación la tiene que realizar la empresa y es lo que determina de verdad si el despido llega a ser procedente, improcedente o nulo.
Causas legales del despido procedente
Existen varios tipos de despido procedente improcedente, tal como mencionamos al inicio: despido objetivo o disciplinario. Para el primer caso, se genera debido a circunstancias ajenas a la voluntad de la empresa y tiene que estar respaldado o justificado por alguna de estas causas:
- Causas económicas, técnicas, organizativas y de producción: aquí se considera procedente el despido si la empresa tiene razones que le impidan mantener a todo su personal activo como, por ejemplo, la disminución de la demanda de un producto.
- Ineptitud del trabajador: ocurre cuando el trabajador no cumple con sus tareas asignadas, cuando tiene faltas por impuntualidad o simplemente no acata las indicaciones de sus superiores.
- Falta de adaptación del trabajador: finalmente, se puede dar el despido cuando los trabajadores no son capaces de encajar en el entorno laboral ni en la organización, interfiriendo directamente con sus actividades.
Todas estas situaciones tienen que estar justificadas, destacando que, en el caso de un despido objetivo, el empleado tiene derecho a cobrar indemnización, ya sea procedente o improcedente. Esto se establece en el Estatuto de Trabajadores de España.
Ejemplos de despido objetivo
Existen muchos ejemplos de este tipo de despido. Uno de los más comunes actualmente se debe a la incorporación de tecnología en ciertas áreas de un empresa, lo que genera que ciertos trabajos ya no sean necesarios. Esto sería una causa técnica de despido.
Un despido por causas objetivas económicas u organizativas se puede dar cuando una empresa necesita cerrar una de sus sucursales por falta de recursos o por una disminución de la demanda de su servicio.
Normativas legales para el despido procedente
Según las leyes de España, todas las empresas tienen que cumplir con un procedimiento básico para garantizar que el despido sea procedente. En este sentido, su primer paso será establecer la causa de despido y tener las pruebas necesarias para su validación. Una vez definida la causa, se deben seguir estos pasos:
- Comunicar al empleado el despido a través de una carta entregada en persona por correo electrónico.
- Informar al empleado de sus derechos, es decir, su derecho de indemnización y de impugnar el despido.
- Si es un despido objetivo, la carta se tiene que entregar 15 días antes de la fecha formal de despido.
- La indemnización de 20 días por cada año de servicio, con un máximo de 12 mensualidades, se tiene que entregar al momento de notificar el despido.
- Cada empresa tiene la responsabilidad de dar de baja al trabajador de la Seguridad Social en un plazo máximo de 3 días después de hacer efectivo el despido.
Requisitos legales en el despido colectivo procedente (ERE)
Existen otros requisitos legales importantes a considerar cuando se realiza un despido colectivo, puesto que en este caso quedan afectados varios trabajadores al mismo tiempo. Veamos cuáles son los que indica el Artículo 51 del Estatuto de Trabajadores:
- Requisitos cualitativos: se aplican cuando las causas del despido objetivo afectan al menos al 10 % de los trabajadores en un periodo de 90 días.
- Representación legal de los trabajadores: la empresa debe propiciar un periodo no mayor de 30 días para consultas con los representantes legales de los trabajadores.
- Autoridad laboral: también es un deber y una obligación comunicar la decisión del despido colectivo a la autoridad laboral competente.
- Comunicación con los empleados: este último requisito es muy importante, ya que la empresa debe proporcionar toda la información posible al trabajador sobre la causa de despido con un preaviso de 15 días.
Despido disciplinario procedente
Anteriormente hablamos de que existían varios tipos de despidos procedentes, entre los cuales está el despido disciplinario. Este se aplica en casos muy específicos donde el empleado adopta conductas que van en contra del comportamiento correcto de la sociedad y en el entorno laboral.
Aquí te mencionamos algunas de las causas más conocidas para que se de este tipo de despido:
- El empleado se comunica con insultos;
- Utiliza la violencia con sus compañeros de trabajo;
- Se presentan casos de acoso;
- Consumo de drogas o alcohol, lo que afecta su rendimiento;
- Hay ausencias o llegadas tardías al área laboral recurrentes y sin justificación;
- El trabajador tiene un comportamiento indisciplinado;
- Existe una disminución del rendimiento laboral voluntario.
En el caso de un despido disciplinario procedente, el empleado no tiene derecho a cobrar indemnización en caso de ser procedente. Ahora bien, hay que mencionar que el trabajador puede recibir las prestaciones de la Seguridad Social por despido, siempre y cuando la persona cumple con los requisitos necesarios.
Normativas legales para el despido disciplinario procedente
Para este tipo de despido también se aplican algunas normas que la empresa tiene que seguir para garantizar que el despido sea procedente. En general, se debe entregar la carta de despido al trabajador, donde se indica la causa y la fecha desde la cual tendrá validez el despido. La diferencia con el caso anterior es que no se requiere un preaviso.
Se necesita también la representación legal de los trabajadores, sobre todo si la persona involucrada forma parte de un sindicato. Esto se realiza con la finalidad de revisar los hechos que generaron el despido y garantizar que se cumpla con los acuerdos colectivos.
Derechos del trabajador en caso de despido procedente
Todos los empleados que reciban una carta de despido tienen el derecho de impugnar la causa de dicho despido y de recibir una indemnización, en caso de que se trate de una razón objetiva.
Ahora bien, seguro te preguntas qué tipo de despido no tiene derecho a paro. La verdad es que, sin importar la causa del despido, cualquier trabajador tiene derecho a recibir la prestación por desempleo que ofrece la Seguridad Social. Esto se aplica a los despidos objetivos y disciplinarios siempre y cuando la persona cumpla con todos los requisitos legales y haya hecho las aportaciones mínimas.
Finalmente, tenemos que mencionar que, en caso de que se presente un despido injustificado, el empleado debe ser compensado por la empresa, es decir, que le tienen que pagar el tiempo que estuvo sin trabajar. En muchos casos la compensación la puede determinar el propio juez que evaluó el reclamo de despido.
Conclusión
El mundo laboral es bastante complejo, por lo que se pueden presentar muchas circunstancias donde una empresa tenga que despedir a parte de su personal para mantenerse funcionando, o simplemente porque el empleado no cumplió con sus obligaciones.
Sea cuál sea el caso, es necesario entender qué es un despido procedente. Recuerda que todo trabajador tiene el derecho a impugnar un despido y es el juez el que determina si dicho despido es procedente, improcedente o nulo, según las pruebas que se presenten.
Entender cuáles son tus derechos y obligaciones, ya seas un trabajador o dueño de una empresa, es fundamental para mantener una relación laboral efectiva y duradera. Esto también te permite defenderte ante cualquier injusticia o procedimiento que esté fuera de la ley.
Preguntas frecuentes
¿Puede impugnarse un despido procedente?
Para que un despido sea procedente se necesita que un juez lo declare así después de revisar las pruebas pertinentes. En este sentido, luego de que el despido se clasifica de esta forma, no se puede impugnar a menos que se demuestre que hubo un procedimiento irregular.
¿Se puede evitar un despido procedente?
Todo empleado tiene el derecho de impugnar un despido según la causa presentada en la carta de despido. Entonces, si se presentan pruebas de que la causa mencionada no es verdadera, o si la empresa no realizó el procedimiento correctamente, se puede evitar que el despido sea procedente.
¿Cuánto tiempo tiene el trabajador para impugnar un despido procedente?
La demanda del empleado hacia la empresa se debe presentar en un plazo máximo de 20 días después de que se entrega la notificación de despido. Por su parte, si el despido es objetivo, la empresa está obligada a entregar un preaviso de 15 días.
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